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Nació en la Ciudad de México (1997). Actualmente investiga lenguajes acrobáticos y dancísticos desde el teatro físico. Diplomada en Artes Circenses Contemporáneas (2016-2017) por "Cirko de Mente", se especializó en contorsiones y equilibrio de manos. Forma parte del colectivo independiente Circlope y de la agrupación de clown Gallo Pinto, de la compañía Clownoscopio. En febrero del 2021 se integra al proyecto de entrenamiento en teatro físico en La Cabra Salvaje, espacio de investigación y experimentación.
En la Improvisación ha encontrado un motor que se enciende rápidamente. La danza y la acrobacia son las herramientas que usa para comunicarse mejor y, tras descubrir el teatro y el canto, encontró dos nuevas premisas que han dado un objetivo a su quehacer artístico.
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Participar en el Laboratorio Mirar, desde el Otro Lado, fue un oasis en medio de la pandemia. Se sudó, gritó y movió al máximo, y era algo que mi cuerpo necesitaba. Volver a estar rodeada de más cuerpos, absorber y transmitir información fue medicina que no sabía que necesitaba. Cuando Othli lanzó la convocatoria para este laboratorio, una llamita se prendió en mi interior y decidí que era buen tiempo para empezar a cocinar mi primer unipersonal. El proyecto que tenía en mente para esa residencia ha mutado de piel miles de veces, y lo sigue haciendo.
Traducir ideas que sólo flotaban en mi cabeza al lenguaje del cuerpo fue el primer reto; el segundo fue tratar de encontrar el cómo y por qué (cosa que todavía está un poco incógnita, pero se va asomando). Hoy en día puedo decir que Amorfosis es un proyecto que pretende hablar del poder transformador del amor.
Nadia Lartigue me ayudó lanzándome pregunta tras pregunta. Tuvimos varias reuniones por zoom antes de encontrarnos en la Quiñobrera,a donde me aconsejó llegar con un plan de acción. Luego me mostró tanto material que en un momento fue una marea de confusión, pero después de que la marea bajé me quedé con cosas que sé que quiero utilizar específicamente para este proyecto, puertas y ventanas que se abrieron para mí: la voz, la danza y la acrobacia. Lo de utilizar la voz fue una espina que ya tenía desde hace tiempo. Tania Solomonoff me ayudó a quitar y destapar un universo sonoro que no había podido sacar por mí misma. Me hubiese encantado tener más sesiones con ella (sólo fue una), pero el hecho de que tuviésemos esa sesión tan directa e intensa hizo que me hinchara de ganas de seguir experimentando.
Me llevo bastantes cosas de este laboratorio. Algo que se me quedó muy pegado es el rico calentamiento que Nadia nos guiaba, mi esqueleto sigue vibrando hasta ahora. Una herramienta tan específica como la de “contrariarse” todo el tiempo es algo que me está funcionando mucho para liberar más mis ejercicios inmprovisatorios, ¡y hasta para la vida cotidiana, nunca hay que dejar de sorprenderse a uno mismo!
Agradezco mucho la compañía de Elena, Netty, Nadia, Juampi, Cari y Vladimir, que fueron con los que principalmente compartí más mi proceso creativo, juntos creamos un espacio cómodo en el cual probar cosas y jugar era muy fácil. Además el espacio del Laboratorio, un rinconcito en el pueblo de la Candelaria, creaba un ambiente tan alejado y hermético del caos citadino que sirvió para abrir el pecho, la mente, y dejarse llevar por las propuestas de los demás. Observar a los otros en sus propios procesos creativos siempre será muy enriquecedor.
Y Bueno, Amorfosis todavía está en pañales, es un proyecto que me está rompiendo la cabeza y justo por eso quiero que sea una pieza linda de ejecutar y de ver. Mirar, desde el Otro Lado me ayudó a descartar ideas, a dejar de lado lo que podría ser para un futuro, darme cuenta de lo que es más factible y funcional para el montaje y sobre todo para desempolvar y redescubrir cosas que servirán para la vida y para la pieza que quiero crear.
Proyecto: Amorfosis. Calidades cambiantes
Amorfosis es la síntesis de la palabra amorfo (que literalmente significa “sin forma”) y del sufijo sis (que forma verbos de proceso o acción). Esta palabra llegó con la idea de crear un lenguaje de movimiento en el cual me sea fácil olvidarme de la “forma” predeterminada que acompaña la técnica circense y de la danza. Con esto quiero decir que después de aprender la manera “correcta” de realizar algún ejercicio de esta naturaleza, siento la libertad de tomar esa técnica y hacerla mía. Para que esto pase me gusta “derramar el agua del vaso” y ver qué camino traza ese fluir.
El proceso de ese nuevo lenguaje me ha llevado a querer “deformar” el estilo impuesto de realizar las cosas, y así hacer una investigación de movimiento desde lo amorfo, desde algo que no tiene forma fija ni manera correcta de ejecutarse. La Improvisación me ha ayudado muchísimo a crear “amorfidades”, ya que para mí es uno de los pilares de mi búsqueda artística, más allá de ser una herramienta de creación.
Cuando pienso en “Amorfosis” lo primero que me llega a la cabeza es una amoeba. Así es, en ese ser unicelular que habita en el agua y que literalmente es amorfo. Es gracioso, porque tras hacer una pequeña investigación, descubrí que las amoebas tienen una característica muy peculiar: su “movimiento ameboide” es nada menos el cambio que sucede en el citoplasma para crear seudópodos y poder trasladarse.
Este ser vivo que sólo se limita a comer, expandirse y reproducirse me parece genial como punto de partida para un personaje que podría desarrollarse bajo la investigación de este lenguaje absurdo y sin forma, introduciéndolo a un mundo complejo y a situaciones nuevas. Recalcó la palabra absurdo porque creo que es una herramienta de humor imprescindible para el lenguaje que busco.