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toztli

Creadora transdisciplinaria de proyectos colaborativos que involucran la marioneta contemporánea, el movimiento y las artes plásticas.  Egresada de la Academia de la Danza Mexicana, de la Escuela Nacional de Arte Teatral y de Escuela Superior Nacional de Artes de la Marioneta situada en Charleville-Mézières, Francia. En Europa ha trabajado con diversas compañías ligadas a la marioneta contemporánea tanto en Francia, Bélgica, Alemania y en Reino Unido. En México su trabajo abarca desde la construcción y animación de objetos figurativos hasta la pedagogía relativa al lenguaje de la marioneta contemporánea. También ha participado como intérprete en creaciones de compañías como La Máquina de Teatro y Teatro Línea de Sombra. Una parte importante de su búsqueda está dedicada a la investigación colaborativa con comunidades diversas, basándose principalmente en el lenguaje de la marioneta contemporánea, la práctica narrativa y las artes de participación.

https://toztli.com

FB: Toztli Abril de Dios

IG: @Toztli

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Todo comenzó con una intención que correspondía a un momento preciso, acotado por la cotidianidad que nos abrazaba durante los primeros meses de pandemia. Todo se desacomodaba y al mismo tiempo se abrían posibilidades que multiplicaban nuestra manera de generar presencia. Las diferencias entre personas, íntimamente ligadas a los privilegios, determinaban nuestra propia relación con el mundo y con las personas que nos rodean. En ese contexto amorfo, en donde a veces el tiempo parecía suspenderse, comenzamos a conversar Tania y yo. Parecía que sólo hablábamos, pero poco a poco se comenzó a dibujar más precisamente en qué consistiría el proyecto. 

 

En ese entonces para mí el tiempo se había detenido. Toda intención de presentarse en términos simbólicos había pasado a términos secundarios: lo que importaba en ese momento era sólo vivir, así que nuestras conversaciones me sacaron del letargo pandémico y a partir de ellas fuimos determinando ciertos puntos de arribo; fuimos hilando trazos, uniendo puntos para conectar lugares, espacios que contenían memorias; poco a poco revelamos arqueologías íntimas del presente que se articularon para darle forma de intervención efímera en contexto urbano al proyecto. Cabe mencionar que esta intervención estaba pensada así desde su origen, lo que nuestras conversaciones revelaron fueron otras aristas que constituyen los espacios que recorremos y que nuestros cuerpos conectan a partir de trayectos tanto simbólicos como prácticos. Yo no habría imaginado dejar un rastro en las inmediaciones del barrio de Ecatepec en el que crecí, ni hacer el recorrido a pie entre mi domicilio actual en la colonia Narvarte y la casa de mi familia situada en esa zona apartada de la ciudad. Tampoco había calculado el contexto por el que estábamos atravesando y la amenaza constante de un virus invisible que transforma todo contacto –por mínimo que éste sea– en peligro. Tampoco había hecho la conexión entre la intención de la intervención y el arte paleolítico. Tania me habló de las huellas que ciertos gurpos humanos dejaron como rastro en algunas de las cavernas que habitaron y que en mi imaginario detonaron un sin fin de posibilidades simbólicas ligadas al simple hecho de marcar un territorio con un gesto tan simple como llenarse las manos con pintura y dejar huella. No sabía tampoco de mi reticencia a romper con un cierto orden cívico que establece como regla el respeto al espacio común; tampoco de ese miedo que me atravesaba cada vez que trataba de generar un huella más, pensando en las posibles confrontaciones con los denominados “representantes de la ley”. No sabía cómo el supuesto respeto a un orden cívico me atraviesa profundamente y determina mi aplomo para accionar o no.  Ahora sé un poco más.

 

Creo que éste no es un proyecto que se haya cerrado o concluido, al contrario, sigue su camino discreto en mi pensamiento y agradezco profundamente la importante conversación que tuvimos Tania y yo.

Proyecto: Rastros humanos sobre las superficies del mundo

 

Personalmente, la noción de espacio público me ha fascinado desde hace tiempo. Para mí la calle es ese espacio polimorfo que genera la vida expresiva de las ciudades y que de alguna manera contribuye sensiblemente a la construcción de las nociones de ciudadanía, pertenencia e identidad.

 

¿Qué pasaría si simplemente hacemos visible ese rastro de un cuerpo en la ciudad? Esta acción se concibe como una irrupción no invasiva que pretende modificar brevemente la inercia de la ciudad.

 

El color azul –referencia directa al trabajo de Yves Klein, usando pintura lavable para contar con desvanecimiento progresivo dadas las condiciones climáticas–, la lentitud –que evoca la ausencia de una línea narrativa o temporal– y la ciudad como lienzo, son los elementos que se armonizan para darle cuerpo,forma y material al acto de dejar huella en las superficies del mundo.

 

Me interesa poner el cuerpo en este tipo de experiencias no sin contar con la complicidad de una mirada que atestigua. Sé que el registro es tan importante como la acción misma, sin éste, la obra no existe. Por esta razón, la acción propuesta requiere de una colaboración muy meticulosa en términos de conceptualización de toda traza que se conserve de la misma.

 

                                                     Dossier Rastros humanos sobre las superficies del mundo

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