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Nace el 22 de abril de 1981 en Ciudad Juárez, Chihuahua. Estudió Psicología en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Egresada del Centro Universitario de Teatro, UNAM (2010). Con más de 19 años de experiencia profesional, se ha desarrollado en casi todos los rubros de las artes escénicas. Realizó la dirección y adaptación de sus primeras dos puestas en escena, Radiocuento y Lo que se puede inventar, no todos los cuentos son para niños, en 2016. Luego codirige Hedda, al lado de Tania Y. Mayrén (2017). Es galardonada como Mejor Actriz en Festival de Teatro Universitario, en la Categoría C2, por su actuación en la puesta en escena Desierto bajo escenografía lunar, de Alberto Villarreal. Ha realizado más de una treintena de montajes, entre los más recientes se encuentran En la mesa sigue el Parqués, escrita y dirigida por Tania Y. Mayrén y José Emilio Hernández (2020). La Oresteada, con la dirección de Lorena Maza (2019). Nada siempre, todo nunca, creación con Colectivo Macramé, dirección de Mariana Gándara (2017). Realizó la dirección artística del Festival FestinArte en la Ciudad de Toluca en las ediciones 2015 y 2016. Actualmente se encuentra trabajando La Casa, un ejercicio escénico proyectado para 2022.
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“El Encuentro es un estado de enriquecimiento que se
crea cuando dos personas (o más) intercambian posibilidades.
Cuando se llega a un estado de Encuentro desaparece
el adentro y el afuera. Interiorizas al otro individuo,
luego entonces el otro ya está dentro de ti,
ya no puede dejar de existir”.
López Quintás
Fase virtual
Ante la emergencia sanitaria, las prácticas de experimentación se reformularon, como la mayoría de los proyectos, en un trabajo creativo “virtual”. Crearon desde la suposición, una escaleta que abarcaba, desde la forma en la que convocarían a sus espectadores-anarquistas, hasta el posible cierre del encuentro.
Nadia Lartigue fungió como la guía inicial del proyecto, enriqueciendo con sus referentes y su experiencia. Fue el primer conejillo de indias para vivir la experiencia del recorrido en esta casa virtual: Nadia (Alias Ajo y triángulo) .
Residencia Quiñobrera CDMX:
Cuando fuimos seleccionados por el laboratorio Mirar, a toda la Colectiva Allium nos hacía mucha ilusión realizar nuestras primeras prácticas abiertas al público en noviembre del 2020, pero la emergencia sanitaria se había agudizado.
Nadia fue la primera persona a la que le mostramos nuestras exploraciones. Nuestra propuesta para trabajar con ella fue contar al menos con algunas de las condiciones que el doctor en Filosofía, Alfonso López Quintás, cree necesarias para crear un encuentro a un nivel profundo: generosidad, apertura, veracidad y paciencia.
Si algo me recordó el Laboratorio Mirar, durante la estadía en la Quiñobrera, fue la existencia del cuerpo. Es muy común obviar lo corpóreo y olvidar que lo obviamos también lo es. Creo que no existe mayor acercamiento al sentido de unidad que el cuerpo. El espacio diseñó protocolos de sanitización necesarios para entrar a nuestro lugar de trabajo, luego aparecieron las meditaciones activas (que vaya que si me recordaron qué es el cuerpo, principalmente a través del dolor). Luego de nuestras sesiones de exploración en el espacio, y de realizar ejercicios compartiendo el imaginario de los otros, sentí la re-tri dimensionalización de mi cuerpo. Una estimulación de los cinco sentidos a tope.
Tania Solomonoff fue generosa al conducir nuestra atención al espacio físico. Supo generar el espacio interior en nosotros primero, para modificar en algo la manera de percibir nuestras experiencias. El cuerpo puede conectar con lo tangible de lo intangible; toda nuestra atención y energía concentradas en habitar un espacio puede darnos información que ni nos imaginamos.
Los espacios también guardan secretos, son anónimos, son clandestinos, son oficiales, son privados, y los hay de muchos tipos. Estos ejercicios me colocaron de manera consciente en un espacio interno y premeditado que modificó la percepción de la experiencia en el espacio exterior.
Yo estaba en unas condiciones creativas idóneas durante la residencia en la Quiñonera en Coyoacán, dentro de mi propia investigación. Vivir el encuentro ahora sí, desde el cuerpo, me hizo consiente de estar acompañada físicamente, como hace mucho no lo estaba. Esta noción fue una de las razones por las que ahora priorizamos en nuestro proceso la creación de empatía y confianza.
Desde hace décadas, Ciudad Juárez presenta síntomas de una enfermedad que se ha expandido, generalizado y normalizado sobre todo el territorio mexicano, con consecuencias serias y vigentes relacionadas con violencia, impunidad y abuso de poder. La percepción de desarticulación entre eventos y personas acentúa la sensación de indefensión, la distancia física entre un territorio y otro puede acentuar la indiferencia, el distanciamiento entre cuerpos que puede acentuar la apatía. La pregunta “¿Juárez conmigo qué?”, planteada por una de mis compañeras en la residencia, me llevó a comprender con más claridad aquello que Mariana Arteaga nos compartió sobre los archivos del inconsciente y los posibles accesos a esos archivos. Esto fue importante para que ahora empezáramos a colocar los cuerpos en un entorno con sentido de colectividad que les permite modificar su experiencia exterior; en un espacio de memoria colectiva que los une al identificar heridas comunes que los conectan.
Y fue así como en la primera etapa del Laboratorio Mirar hice una pausa y caminé sobre mis propios pasos para recordar que obviar el cuerpo es el primer error, que habitar el espacio desde una colocación interna puede conducir a estados más creativos, que esos espacios internos se crean sólo cuando los experimenta el cuerpo y que con la paciencia de un caracol podemos sembrar la imagen del cuerpo sin mostrarlo. Al contactar de nuevo al resto de la colectiva, acordamos no deshacer la idea del cuerpo hasta estar juntos habitando la casa en Ciudad Juárez.
Residencia en Ciudad Juárez, en la Casa Cx16
Tras concretar que la residencia se realizaría en Casa Cx16, en Cd Juárez, el colectivo comenzó a trabajar en la convocatoria de los espectadores aliades. Se pegaron posters en el centro histórico de Ciudad Juárez y en plazas públicas cercanas a Casa Cx16. También en foros independientes, fondas, etcétera.
La convocatoria sucedió así: Los posters que se pegaron en el territorio incluían un código QR que enviaba (vía whatsapp) un mensaje que debía responderse con un emoji. A cambio el participante recibió un audio de bienvenida y un kit de empatía, que sería indispensable portar para acceder al encuentro. El objetivo fue estimular la curiosidad, la voluntad y la empatía de los visitantes. Funcionó hasta que el dispositivo reveló que no era accesible ni de confianza para todo el mundo. La estrategia se modificó y todo comenzó a fluir.
Tras lanzar la convocatoria comenzó el proceso de creación en la sede de la residencia, Casa Cx16. Se planteó pasar de un lugar a otro, como si del interior de una cebolla se tratara, buscando una sensación de bienestar al recorrer la casa, que fuera armónica y congruente con nuestra propia experiencia de habitar el lugar durante el proceso.
El trabajo del colectivo funcionó bajo dos condiciones: la primera fue adoptar la ética al estilo Do It Yourself, pues, aunque había acompañamiento económico, artístico y moral por parte del Laboratorio Mirar, desde otro lado, el crear desde la nada era el único camino viable y congruente con las circunstancias económicas, autogestivas y anarquistas que plantea este proyecto; la segunda condición fue no lucrar con ninguna de las activaciones de laboratorio en ninguna de sus etapas.
Se lograron cuatro encuentros con una media de diez visitantes por práctica, el recorrido y la clandestinidad resonaron en los visitantes. La convivencia de cuidado mutuo sucedió satisfactoriamente, aun en tan excepcionales circunstancias.
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Colectiva Allium Cepa
Allium Cepa es un co-laboratorio vivo que se comparte como experiencia un convivio escénico, anónimo y clandestino. Tuvo su origen en Ciudad Juárez luego del anuncio oficial de “la nueva normalidad” en mayo del 2020 y recientemente sostuvo activaciones presenciales como parte de la residencia artística lograda con el apoyo de Ohtli producciones, del 13 al 20 de julio 2021, en Centro Cultural Cx16 en Ciudad Juárez.
Mucho se ha dicho sobre los cuidados sanitarios y precauciones para la conservación de la salud física, pero poco de la salud emocional y mental que se necesita para sobrevivir a la catástrofe. Nos ocupamos en explorar estrategias, mecanismos e ideas que, contrarrestaran la sensación de separación. El distanciamiento no es aislamiento.
Este trabajo nos ha actualizado en nuestra práctica profesional, en la promoción de economías alternativas y en éticas de trabajo en un sistema de autogestión; porque la falsa idea de separación es lo que nos tiene aislados en más de un sentido, pero, vamos todos juntos.
Proyecto: Prácticas anarquistas (experiencia teatral, convivio escénico, anónimo y clandestino)
Esto inicia en Ciudad Juárez, una de las fronteras que más dinero aporta a la Federación mexicana, pero sin una sola Casa de Cultura hasta el 2021. Históricamente, esta región es conocida también por su íntima relación con diversas actividades clandestinas, las cuales se pueden practicar con cierta facilidad. Ese tipo de actividades también ha dejado un rastro de violencia. Entonces... ¿qué opciones nos quedan para encontrarnos?
Mucho se ha dicho sobre los cuidados sanitarios y precauciones para la conservación de la salud física, pero poco de la salud emocional y mental que se necesita para sobrevivir a la catástrofe. La sensación de saberse acompañado calma en algo nuestro espíritu; la presencia es un recurso poderoso. Somos seres de encuentro.
Actualmente nos referimos a Allium Cepa como un encuentro escénico, anónimo y clandestino. Un juego que inicia al escanear un QR con la leyenda “Se Busca Allium Cepa” y la imagen de una cebolla. Cada capa de la cebolla representa un espacio específico del recorrido al cual serán convidados los participantes a este recorrido en un espacio urbano, como una casa.
Primera capa: el espacio público, la calle, la banqueta
El primer habitante de la casa, Cepalabola, recibe a los visitantes y hace la primera pregunta: ¿Cómo quieren ser nombrados hoy?, sus respuestas formarán la “Comunidad Anónima de Nombres” (CAN).
Segunda capa: el patio o estacionamiento
¿Alguien pensó en los lugares dentro de la casa que son de tránsito? De los lugares de tránsito de la casa hay unos destinados para los utensilios de limpieza; nos parece paradójico que estos espacios con frecuencia son los más sucios de la casa. Algo así nos ha parecido que pasó con Ciudad Juárez.
Tercera capa: la sala o “deseoteca”
La “deseoteca” tiene la intención de crear un espacio para enunciar el nosotros. Evocará el sentido de unidad mediante el acto simbólico de escribir un deseo para un desconocido. La “deseoteca” surgió también como un espacio para propiciar el vínculo con las reglas del juego entre habitantes y visitantes.
Cuarta capa: la maqueta o jardín
El fragmento de la maqueta fue el primero en aparecer dentro del proceso creativo. Deseábamos que el texto de Ricardo Flores Magón apareciera como un deseo de la Colectiva Allium a los visitantes y que el deseo tomara forma de ofrenda; una ofrenda a la idea que el autor deja como legado. El caracol se transformó en un personaje central dentro de la trama de la maqueta que muestra su lento avance como un contrapunto en la percepción de una misma realidad, formando parte de la armonía de la naturaleza a la que se refiere Ricardo.
Quinta capa: la cocina
Apenas surgió dentro del proceso la imagen de la cebolla quisimos comer juntos. Como queríamos que estuvieran involucrados los cinco sentidos, el gusto no podría quedarse atrás. La tarea escénica de la actriz será hacer una confesión y lograr que el visitante corresponda con otra mientras guisan, confesiones que quedarían ahí.
Buscamos la Comunidad Anónima de Nombres y que los cuerpos se hagan presentes movidos por la curiosidad, dispuestos por los cinco sentidos a un encuentro sin importar quién convoca. Es la presencia en ocasiones un acto de resistencia, otra veces también es territorio. Pensamos que el anonimato puede practicarse como muestra de cuidado mutuo y que el esfuerzo por todas las partes que han ayudado a que se materialice este proyecto es en sí mismo es un acto de rebeldía digna, un genuino esfuerzo de poner en la mira de nuestro imaginario colectivo la importancia del valor de la unidad y su efecto en un imaginario colectivo posible.
Dossier Allium Cepa